Recuerdo épocas viejas, allá por los noventa. Jugando en la cuadra de casa con los chicos del barrio y sobre todo por horas de la tarde. Uno de esos días, fue la primera vez que ví unas New Balance, una zapatilla simple aunque extraña con una N en medio. Nuestra generación, quienes cumplimos 30 en 1 año al menos, tenemos un recuerdo complejo sobre esa época en cuanto a zapatillas. Mis recuerdos oscilan entre Nike, adidas y converse; puede que alguna Avia, pero new balance no. La marca de la N, nacida en Boston, era una zapatilla muy simple para quienes en ese momento queríamos la mejor y más notoria cámara de aire. Como todo en este planeta en un momento las modas y las marcas pasaron, y new balance se ausentó por un rato.
Deberían haber pasado casi 15 años, hasta que un día tomando un café vi nuevamente una new balance. Si, ya sabés, la 574. Entre idas y vueltas, y todavía resignado por este modelo, fui a una tienda New Balance en Buenos Aires para ver si algo llamaba mi atención. Entre tanta gente, estuve un rato hasta dar con un par que me gustase. Hasta que encontré las 999, zapatilla que es el día de hoy que sigue despertando en mi una fascinación increíble. Aunque un tanto alta, este par es casi uno de los mejores que he tenido hasta ahora. Este modelo, formó parte de una serie de pares encajados como 99X, lanzado allá por los tempranos 80 y reeditados hasta hace nada.
Ahora volvamos a lo nuestro, NB en la escena sneakerhead ofrece unos de los mejores materiales en terminaciones. Más aún si pueden conseguir algún par hecho en USA o Inglaterra. Hoy por hoy, la marca de Boston se posiciona junto a Nike y adidas en el top 3 pidiendo cada vez más reconocimiento. Es por eso que no puede falta una en tu colección.