Las Nike HyperAdapt 1.0 son las únicas zapatillas que se adaptan electrónicamente y de manera automática al contorno de cada pie. Además de su tecnología revolucionaria, se destacan por ser livianas, cómodas y aptas para correr. Si bien son una edición limitada, un grupo de afortunados que las pudo comprar cuenta su experiencia.
Son tema de conversación desde hace mucho tiempo. Por lo menos desde 1985, cuando se estrenó Volver al futuro y las zapatillas Nike Mag, famosas por atarse solas, quedaron impregnadas en la memoria y fantasía de todos. Hoy son finalmente una realidad. Sí, las Nike HyperAdapt 1.0 son las primeras zapatillas que logran esa fantástica proeza: se adaptan electrónicamente y de manera automática al contorno de cada pie.
«Para un nerd fanático de los ‘80 como yo, el deseo de probar un calzado así siempre estuvo latente en mi cabeza”, sostiene Santiago do Rego, periodista especializado en tecnología y uno de los primeros afortunados en calzarse las flamantes “zapatillas del futuro”. «Lo primero que me sorprendió al abrir la caja es que son realmente muy livianas. Me las imaginaba más bien pesadas, y son todo lo contrario. Tampoco son frágiles, cosa que uno podría llegar a pensar por su mecanismo, pero enseguida te das cuenta que son para un uso completamente común y cotidiano. Son plenamente cómodas y aptas para correr, lo cual es fantástico”, señala.
Su diseño, sobrio y atractivo a la vez, incluye una suave luz azul en su suela, un homenaje crucial a aquellas Nike Mag que Marty McFly utilizaba en la película de Robert Zemeckis. Pero más allá del diseño, lo esencial es su mecanismo, que sonó fantasioso durante años, pero que por fin esa una realidad gracias a la tecnología EARL (Electro Adaptative Reactive Lacing), desarrollada por el diseñador estrella de la marca, Tinker Hatfield. ¿En qué consiste? En una serie de sensores que se activan cuando el talón de cada atleta se apoya en la zapatilla y que ajustan los cordones de manera automática, en base al peso de cada uno.
«Siempre fui bastante quisquilloso con los cordones, no me gusta tenerlos muy apretados, ni sueltos. Y ahí, en ese ajuste automático, fue cuando más sentí una conexión total con estas zapatillas. Para mi gusto el punto de ajuste es realmente perfecto”, sentencia Santiago. De cualquier manera, al costado de cada zapatillas hay dos pequeños botones (de + y -) para dotarlas de mayor o menor presión según el gusto.
«Otra cosa que me sorprendió es que el ruido de todo ese mecanismo de adaptación es realmente muy delicado y sutil. Acompaña bien, como dándole un toque de magia a las zapatillas”, agrega Santiago antes de señalar: “En temas tecnológicos, los norteamericanos hablan siempre del ‘efecto wow’ (de sorpresa y fascinación) y acá eso es algo que está a la orden del día. Todos quieren saber cómo son, todos preguntan y todos quieren ponérselas. Por ahora no hay forma de pasar desapercibido con estas zapatillas, eso seguro”.
En eso coincide Pablo Carte, coleccionista y fanático de las zapatillas Nike, que apenas se enteró de la novedad, se anotó en la página web para ser uno de los primeros y ansiosos compradores. Y lo logró. «Tengo 33 años y las películas de Volver al futuro, y estas zapatillas en particular, están en mis sueños desde muy pequeño. No podía quedarme afuera de una lanzamiento así”, cuenta y agrega: «Probarlas por primera vez fue toda una experiencia en sí misma. Ya el propio packaging –una caja bien grande y negra, con detalles en turquesa – te avisa que son zapatillas diferentes. Y lo de adentro te deja sin palabras: las luces de la suela (también turquesas), el sonido del mecanismo, la comodidad de no tener que agacharte ni ajustar nada cuando las probás, es todo parte de un show muy placentero”, sentencia. Y finaliza: “Te diría que las zapatillas colmaron mis expectativas por lejos. Son livianas, despojadas y con una tecnología muy piola e increíble a la vez. Estoy convencido de que por acá irá el futuro del calzado”.
Germán Castrogiovanni cree en las segundas chances. Si bien no tuvo la suerte de salir sorteado, igualmente fue hasta el flasgship store de la marca (en Alto Palermo) el día que se hacían efectivas las compras del sorteo. Su intuición le decía que alguno no las retiraría. Y tenía razón, con lo cual pudo comprar su ansiado par. «Me las probé ahí mismo, con un vendedor que muy amablemente me explicó cómo funcionaba todo. Para mí fue toda una conmoción verme con esas zapatillas que conocimos por primera vez en los pies de Marty McFly y de la que, desde entonces, no paramos de hablar y profetizar en foros de Internet y encuentros de fanáticos. Mi opinión es que claramente son el futuro del calzado, porque son muy cómodas, súper livianas y porque de verdad revolucionan la experiencia del usuario”.
Para concluir, Santiago do Rego señala: “Como fanático de la tecnología me encantó enterarme de que estamos ante una tecnología en constante desarrollo y que, por ende, llegarán nuevas versiones o iteraciones, como nos gusta decir a los techies, que darán saltos aun más grandes en este camino de satisfacción automática al atleta. La idea es que el día de mañana las zapatillas entiendan a la perfección qué tipo de actividad estamos realizando y se ajusten o suelten en consecuencia. Pienso en los deportistas, en los atletas de alta competición y me parece algo fascinante. La potencialidad de esto es revolucionaria. Retomando el tema de la película Volver al futuro, yo no sé si algún día llegará tendremos un DeLorean para viajar en el tiempo, pero no deja de parecerme increíble que esas famosas zapatillas ya sean una realidad, que ya estén entre nosotros”.
Contenido producido por Brand Studio para Nike por Clarín, publicado en Clarin.com el Martes 22 de Mayo de 2018